Jack London
sábado, 9 de enero de 2010
Colmillo blanco
un oscuro bosque de abetos se extendia a ambos lados de la helada corriente de agua. el viento habia desnudado los arboles de su blanca capa de escarcha y parecian apoyarse los unos en los otros, negros y amenazadores, bajo la luz incierta del atardecer. un profundo silencio reinaba sobre la tierra, la tierra misma estaba desolada, yerma, sin movimiento, tan solitaria y fria que su espiritu no era ni tan siquiera el de la tristeza.
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